¿La IA de Google está matando la creatividad publicitaria? 

¿La IA de Google está matando la creatividad publicitaria? 

Un brief, una idea y a diseñar. Así se hacía publicidad hasta que llegó la IA y dijo: “yo también puedo”. Hoy Google ya no solo te ayuda a buscar, también escribe los anuncios, elige las imágenes, ajusta el presupuesto y decide a quién mostrarle qué, cuándo y cómo. 

Sí, suena a ciencia ficción. Pero es real, y cada vez más pymes están subiendo a ese tren sin saber del todo a qué se están subiendo. La gran pregunta no es si la IA va a cambiar la publicidad (eso ya pasó), sino: 

¿qué espacio le queda a lo creativo cuando una máquina puede hacerlo todo en automático? 

En este blog, te contamos cómo la IA de Google está redefiniendo las reglas del juego publicitario y cómo puedes adaptarte sin perder el alma de tu marca. 

¿Qué está haciendo exactamente la IA de Google en publicidad?

La inteligencia artificial de Google ya no solo te ayuda a buscar cosas. Ahora también crea anuncios, elige a quién mostrarlos y decide cuánto gastar. 

Herramientas como Performance Max y Smart Bidding hacen el trabajo pesado por ti: 

  • Detectan quién puede comprarte. 
  • Arman textos e imágenes basados en tu web o tus productos. 
  • Ajustan el presupuesto según lo que mejor funciona. 

Hoy en día, puedes lanzar una campaña sin escribir ni una palabra. Solo subes tu info y Google se encarga del resto. Muchas pymes ya venden usando estas campañas automáticas. Suben sus productos, activan la campaña y listo: la IA decide qué mostrar, a quién y en qué momento. 

Fácil y rápido, sí. Pero también es importante no dejarle todo a la máquina sobre todo si quieres mantener tu toque humano.

¿Y entonces? ¿Adiós creatividad?

No, la IA no vino a jubilar a la creatividad, pero sí a ponerla a prueba. 

Google te ayuda a lanzar campañas rápido y con buenos números, pero hay algo que no puede hacer: entender el alma de tu negocio. No sabe por qué empezaste, qué te hace diferente ni cómo habla tu comunidad. 

La IA optimiza, pero no siente. No entiende sarcasmo, doble sentido o referencias culturales que para nosotros son obvias. Por eso, cuando se le deja todo el trabajo, terminas con mensajes genéricos o fríos que no conectan. 

¿No te suena algún anuncio que parecía escrito por un robot? Exacto. Ese es el riesgo de olvidarte del lado humano. 

Entonces, ¿qué hacemos? Dejar que la IA haga lo suyo (los números, los datos, la parte técnica), pero tú te quedas con lo más importante: la voz de tu marca. Esa no se automatiza. 

Usa la IA sin perder tu esencia

Ahora ya no se trata solo de crear contenido desde cero, sino de pensar la estrategia, revisar lo que propone la IA, ajustar detalles y mantener el estilo único de tu marca. 

La clave está en saber qué automatizar y qué no:

  • Deja que la IA pruebe variaciones de anuncios, analice resultados y ajuste presupuestos.
  • No le entregues por completo tu mensaje, tu tono o tu historia. Eso sigue siendo tuyo. 

Ejemplo claro: una pyme que vende snacks saludables puede usar IA para detectar qué productos se venden más por zona, o para probar diferentes textos de anuncios. Pero los posts que cuentan por qué nació la marca o cómo cuidan los ingredientes, esos sí deben sonar a humano. 

La IA es una herramienta, no un reemplazo. Úsala como un copiloto, no como el piloto automático. 

El futuro es híbrido, no automático

Esto no va de apagar el cerebro y dejar que la IA haga todo por ti. Va de entender en qué partes te potencia y en cuáles sigues siendo irremplazable. 

Porque sí, ahora puedes automatizar campañas, generar textos rápidos o analizar datos en segundos, pero la creatividad —la de verdad, la que conecta con las personas— todavía necesita tu visión, tu intuición y tu voz. La tecnología es un copiloto brutal, pero tú sigues al volante. 

Y si aún no sabes cómo adaptarte sin volverte robot, te echamos la mano. Te ayudamos a usar lo nuevo sin perder lo que hace única a tu marca. 

Escríbenos y armamos tu estrategia con cabeza, corazón y un toque de inteligencia artificial. 

El poder de las emociones en tu estrategia digital

El poder de las emociones en tu estrategia digital

¿Has visto un anuncio que te hizo sentir que te habló directo al alma? Como si alguien te hubiera espiado cuando estabas triste, inspirado o con antojo. No fue casualidad: fue marketing emocional bien ejecutado.

Hoy, vender ya no es solo hablar de precios o beneficios. El marketing digital moderno se mete con lo que sentimos, con lo que nos mueve. No es un truco sucio: es entender que las personas compramos con el corazón, no con hojas de cálculo.

Y en México, eso es aún más evidente. Somos un país que decide con las tripas, con las ganas, con lo que “se siente bien”. Si tienes una pyme, esta realidad puede ser tu mejor aliada… siempre y cuando sepas usarla sin caer en cursilerías ni manipulaciones baratas.

En este blog te contamos cómo lograrlo. Cómo hablarles a tus clientes desde la emoción, sin sonar como comercial de pañuelos.

¿Qué tiene que ver el marketing digital con la inteligencia emocional?

Mucho más de lo que crees.

Cuando hablamos de consumo, la inteligencia emocional no es otra cosa que entender cómo se siente tu audiencia, por qué se siente así y cómo conectar con eso. Es saber cuándo hablar, qué tono usar y qué decir para que la otra persona sienta que sí, esta marca me entiende.

El marketing digital que funciona va directo a conectar con lo que disfruta y ama el cliente. Pero no te confundas, usar emociones no es llorar en cada post ni poner violines de fondo, es tener empatía, buen timing y sobre todo un tono humano.

Las grandes marcas ya lo dominan. Spotify, por ejemplo, cada fin de año lanza su famoso Wrapped y no solo muestra estadísticas: revive tus recuerdos, tus moods y tu soundtrack emocional. Mercado Libre no vende “entregas rápidas”, vende tranquilidad con campañas que dicen: “relax, aquí resolvemos”.

Estas campañas no se sienten forzadas porque están pensadas con y desde la emoción, no solo desde la venta. Y lo mejor: tú también puedes hacerlo desde tu pyme.

Las 3 emociones que mueven las ventas en digital.

El marketing digital que realmente vende sabe cómo prender estas tres emociones clave y usarlas a favor, sin que parezca que te están manipulando:

  • Seguridad: la gente quiere saber que puede contar con tu marca, que hay solución real para su problema. Mostrar testimonios, garantías, atención al cliente 24/7 o procesos claros genera confianza y facilita la venta.
        • Un ejemplo de esto son las pymes que venden por Instagram usan historias con “antes y después” o muestran respuestas rápidas a dudas para asegurar la confianza.
  • Pertenencia: Nadie quiere sentir que le venden de lejitos o como dicen en TikTok “sin entender la vibra”. Hablar el mismo idioma, usar expresiones locales o entender las necesidades específicas de tu comunidad digital crea un vínculo genuino.
        • Por ejemplo, una marca de ropa mexicana juvenil puede usar modismos de barrio y mensajes que hablan de identidad, no solo de moda.
  • Alegría o alivio: El humor, los memes y un lenguaje relajado son la válvula para bajar las barreras. No todo en marketing es serio y formal, y cuando haces reír o relajas a tu público, lo invitas a entrar sin presión.
        • Un ejemplo clarísimo es el éxito de las tiendas online que usan memes para comunicar ofertas o resolver objeciones con gracia.

¿Y cómo se aplica esto sin manipular ni sonar falso?

La clave está en usar un lenguaje claro y directo, con visuales que muestren la realidad, no fotos de catálogo perfectas que nadie cree. Tus mensajes deben reflejar lo que vive tu cliente, no inventar emociones que no tiene.

La conexión verdadera nace de empatizar con lo que tu audiencia ya siente, no de forzarles emociones que no tienen nada que ver. Por ejemplo, en vez de decir “Sabemos que la vida es difícil”, sería mejor algo como:

“Sabemos que odias hacer filas, por eso ahora puedes pedir todo desde tu cel.”

Eso sí es emocional, honesto y sin caer en cursilerías. Así, tus clientes sienten que los entiendes de verdad, sin drama ni manipulación.

Logra conexiones reales que te ayuden a vender

En un mundo lleno de mensajes por todos lados, lo que vende son las emociones, pero lo que realmente conecta es la autenticidad. Puedes aplicar todo esto por tu cuenta: hablarle a tu audiencia con sinceridad, cuidar el tono y respetar su espacio. No es solo decir algo, es saber cuándo, cómo y para qué decirlo.

Si quieres una estrategia más afilada o necesitas ayuda para darle voz auténtica a tu marca desde el principio, el equipo de En Chinga Web está para eso. Escríbenos y armamos tu plan con cabeza y corazón, pa’ que tu marca conecte y no suene forzada.

WhatsApp ya vende (y mucho): así están aprovechándolo las marcas 

WhatsApp ya vende (y mucho): así están aprovechándolo las marcas 

Antes WhatsApp era solo para mandarle el “¿ya llegaste?” a tu compa después de ir por algunas cervezas o compartir (y robar) los stickers del grupo de la familia. Hoy también es un canal para vender, atender y hasta lanzar campañas con presupuesto detrás. 

El uso de WhatsApp Business, flujos automatizados y los anuncios de Meta están cambiando la forma en la que las marcas hablan con su público, pero si no lo usas con cabeza, puedes acabar bloqueado, ignorado o hasta baneado. 

En este blog te contamos cómo aprovechar esta nueva frontera del marketing sin que tu marca suene como spam disfrazado de conversación. 

Si todos están en WhatsApp, tu marca no puede quedarse fuera.

En México, más de 35 millones de personas usan WhatsApp a diario. No es una app más en tu celular; es el canal con el que conectas con tus amistades, amores y familia. Para tu negocio, eso implica conectar de forma más cercana con tus clientes, ya sean frecuentes o recién llegados. 

Por eso, Meta ha integrado campañas que llevan directamente a un chat de WhatsApp desde Facebook e Instagram. Es una vía directa, personal y efectiva para que las marcas conecten sin intermediarios con su público. 

Pero no te confundas: no basta con enviar mensajes sueltos y prediseñados a tus contactos, se trata de crear conversaciones sinceras y reales. Solo así podrás obtener la atención de tu público. 

Convierte chats en clientes con WhatsApp Business. 

Muchos creen que usar WhatsApp Business es solo poner tu logo, el horario y listo. Pero si lo ves así, estás dejando ir una de las herramientas más potentes para vender. 

Con WhatsApp Business puedes: 

  • Automatizar respuestas básicas sin perder el toque humano 
  • Etiquetar clientes según su interés o etapa del proceso de compra 
  • Mostrar catálogos, agregar botones de compra y gestionar pedidos
  • Crear flujos conversacionales con inteligencia artificial
  • E integrarlo con tu CRM o tienda online para hacerlo todo más ágil 

La oportunidad es clara: este canal es perfecto para dar atención personalizada, hacer seguimiento posventa y ofrecer nuevas ofertas, productos o servicios sin sonar invasivo. 

¿Lo mejor? La tasa de respuesta es altísima y puedes cerrar ventas sin que el usuario tenga que salir de la app.

          Anuncios con destino claro: del chat a la venta.

          La publicidad ya no solo busca impresionar, ahora quiere conversar. Meta lo entendió y por eso integró en su Business Manager la opción de crear anuncios con botón directo a WhatsApp. 

          Esto cambia el juego. Ya no necesitas llenar formularios fríos o esperar que alguien recuerde tu página. Basta con que el usuario vea tu anuncio, le pique la curiosidad y dé clic para iniciar una conversación. 

          ¿Y lo mejor? Es tu cliente quien toma la iniciativa. Tú solo tienes que estar listo para responder (y vender). 

          Además, si activas respuestas rápidas o flujos automatizados, puedes calificar leads, resolver dudas frecuentes y dar seguimiento sin perder tiempo. Todo, sin salir de WhatsApp.

          No arruines tu estrategia por un mal mensaje

          Cuando usas WhatsApp para hablar con clientes, estás entrando a un espacio privado. Y eso tiene consecuencias. 

          Si tu mensaje suena genérico, invasivo o simplemente no aporta nada, no solo vas a ser ignorado: puedes terminar bloqueado, reportado o quemando el canal para futuras interacciones. 

          El problema no es WhatsApp, sino usarlo como si fuera un call center.  

          Las personas están dispuestas a conversar con marcas, pero con las que tienen algo real que decir. Eso implica cuidar el tono, el momento y, sobre todo, el valor que aportas. 

          No te van a bloquear por vender con WhatsApp, pero puede que lo hagan si lo usas para hacer spam con la excusa del “seguimiento”. La regla es simple: si no tienes una razón clara, útil y que beneficie al usuario, mejor no escribas.

          El marketing conversacional se trata de conectar con sentido

          Puedes aplicar todo esto por tu cuenta: usar WhatsApp con intención, cuidar el tono, respetar el espacio del cliente y aportar valor real. Porque no se trata solo de hablar, sino de saber cuándo, cómo y para qué hacerlo. 

          Y si en el camino necesitas una estrategia más afinada o quieres ayuda para implementarla bien desde el inicio, el equipo de En Chinga Web está para eso. Escríbenos y lo armamos juntos, pa’ que tu marca converse y no incomode. 

          ¿El rebranding funciona o es puro cuento? 

          ¿El rebranding funciona o es puro cuento? 

          Puede que antes tu logo te parecía inmejorable, pero ahora se te hace feo o dejaste de conectar con lo que tu marca dice o simplemente sabes que algo ya no cuadra y debe cambiar. En ese momento una idea llega a tu mente “¿Y si hacemos un rebranding?”. 

          Spoiler: si puede ser una gran idea o un gasto inútil si lo haces solo por moda. 

          El rebranding no es solo cambiar de color o hacer un logo más bonito. Es repensar cómo se ve, cómo suena y cómo conecta tu marca con la gente. 

          En este blog te vamos a contar cuándo si conviene hacerlo, qué debe incluir para que valga la pena y cómo evitar que se quede en puro show visual. 

          El rebranding va más allá del diseño bonito

          Rediseñar tu logo y cambiar la paleta de colores puede formar parte del proyecto, pero no es hacer rebranding. Un rebranding real no solo toca lo visual, sino que busca reposicionar tu marca en la mente de tu audiencia. 

          Porque si solo cambias cómo te ves, pero no cómo hablas ni a quién le hablas no estás haciendo rebranding. Estás maquillando lo mismo de siempre. Cuando una marca decide evolucionar de verdad, lo que cambia es el enfoque:

              • Nuevos valores que reflejan lo que ahora importa. 
              • Un público diferente al que necesitas hablarle. 
              • Una visión más clara de hacia dónde vas.

          Todo eso se traduce en una narrativa distinta, tanto en lo que dices como en cómo lo presentas y si no cambia tu lugar en el mercado, entonces no fue rebranding solo un cambio de estilo. 

          ¿Cuándo vale la pena hacer rebranding?

          No todas las marcas necesitan un rebranding. Algunas veces solo un pequeño ajuste de tono es suficiente, pero cuando tu identidad ya no refleja quién eres hoy, es momento de repensarlo todo. 

          Lo importante es que reconozcas estas señales: 

          • Tu marca se quedó en el pasado. Tal vez empezaste ofreciendo servicios particulares y ahora estás atendiendo a empresas o tu look sigue diciendo “emprendimiento casero” cuando ya tienes un equipo y clientes grandes. 
          • Cambiaron tus clientes o tu enfoque. Si ya no estás resolviendo los mismos problemas, no tiene sentido seguir comunicando igual. 
          • Tu imagen genera dudas en lugar de claridad. ¿Te preguntan todo el tiempo a qué te dedicas? ¿Te confunden con otra marca? ¿Tú mismo sientes que “ya no va contigo”? Eso es mala señal. 
          • Tu branding fue improvisado. Lo hiciste por ti mismo sin saber mucho del tema, usaste lo que había o lo que pudiste pagar al principio, pero ahora necesitas algo que sí te represente. 

          Casos en los que no necesitas rebranding (todavía)

          Un rediseño puede sonar tentador, pero no siempre es la mejor jugada. A veces, lo que necesitas no es cambiar todo, sino afinar lo que ya tienes. Estas son señales de que todavía no es momento de hacer rebranding: 

          • Solo quieres verte “más moderno”. Si no hay una razón estratégica detrás, solo vas a gastar tiempo y dinero para terminar diciendo lo mismo, pero con otro color. 
          • No sabes qué quieres comunicar. Rediseñar sin tener claro tu mensaje, propósito o cliente ideal es como pintar una casa sin saber a quién se la vas a vender. 
          • Tu marca ya conecta, solo le falta pulirse. Si tus clientes te reconocen, entienden lo que ofreces y se sienten identificados, no tires eso por la borda. A veces basta con mejorar tu comunicación, no cambiarla por completo. 

          Elementos clave de un rebranding que sí funciona

          Un buen rebranding no empieza ni termina por cambiar el logo. Si de verdad quieres que tu marca evolucione y conecte mejor, necesitas revisar todo lo que la gente ve, escucha y siente cuando interactúa contigo. 

          Aquí va lo esencial: 

          • Identidad visual con intención. No es solo “que se vea bonito”. Es rediseñar tu logo, paleta de colores y tipografías para que comuniquen quién eres hoy y a quién te diriges. 
          • Una voz clara y coherente. ¿Tu marca sigue hablando como hace cinco años? Es momento de actualizar tono, frases clave y estilo. Lo que dices importa tanto como cómo lo dices. 
          • Experiencia digital alineada. Desde tu sitio web hasta los mensajes que mandas por WhatsApp: todo debe sonar y verse como parte de la misma historia. Si tu Instagram y tu tienda en línea parecen de marcas distintas, algo no está funcionando. 
          • Coherencia entre lo que prometes y lo que entregas. No sirve de nada decir que eres una marca cercana si nadie responde los mensajes o parecer premium si todo en tu sitio es confuso. El rebranding también es cumplir lo que comunicas. 

          Cómo hacerlo sin perder tu esencia

          Un buen rebranding no borra lo que ya funciona, lo potencia. Si tu marca ya conecta con ciertas personas o transmite algo valioso, no lo tires a la basura solo por “verse más chingón”. 

          Antes de rediseñar, aclara qué cosas deben quedarse: ¿tu tono?, ¿tu historia?, ¿la forma en la que hablas con tu audiencia? Esas son parte de tu esencia, y si las rompes sin razón, pierdes lo que ya habías construido. 

          También es clave comunicar el cambio. No tienes que hacer una fiesta, pero sí explicarle a tu comunidad por qué estás evolucionando. Si los incluyes (o mínimo les hablas claro), es más fácil que te sigan el paso. 

          Una buena estrategia empieza conociendo a tu cliente

          Cambiar por moda es fácil. Cambiar con propósito es lo que hace que una marca crezca y se quede. 

          Un buen rebranding no solo se ve diferente: se siente más claro, más cercano, y sobre todo, más tú. Es ajustar las piezas para que tu negocio diga lo que realmente quieres comunicar y lo diga bien. 

          Si tu marca ya no refleja lo que eres (o lo que quieres ser), no sigas parchando lo viejo. En el equipo de En Chinga Web, podemos ayudarte a rediseñarla sin perder lo que la hace única. Escríbenos y lo armamos con intención para que quede chingona. 

          Tu cliente ideal no se inventa. SE CONSTRUYE 

          Tu cliente ideal no se inventa. SE CONSTRUYE 

          Decir que tu producto es “para todos” suena bien… pero no vende. 

          Cuando no sabes a quién le hablas, terminas sin conectar con nadie. Ahí es donde entra el Buyer Persona: una herramienta clave para enfocar tu mensaje, entender a tu cliente ideal y dejar de adivinar qué necesita. 

          Aquí te contamos cómo crear uno que sí sirva. 

          Qué es un Buyer Persona (y qué no es)

          Un Buyer Persona es un perfil semificticio que representa a tu cliente ideal. Se construye con datos reales, observación y experiencia, no con suposiciones. 

          No es un personaje inventado “para rellenar la presentación”, ni una ficha bonita con nombre y edad. Es una herramienta estratégica que te ayuda a tomar decisiones más acertadas en marketing, ventas y hasta en el diseño de productos. 

          ¿En qué se diferencia del público objetivo? 

          • El público objetivo te dice a quién podrías llegar. 
          • El Buyer Persona te dice a quién realmente necesitas hablarle, cómo, cuándo y por qué. 

          Uno es un mapa. El otro, una guía paso a paso. 

          Por qué crear uno cambia tu forma de vender 

          Cuando sabes con quién estás hablando, todo cambia. Un Buyer Persona bien hecha te muestra cómo es tu cliente real (con dudas, hábitos y preferencias), no el que imaginas desde la oficina. Eso te permite ajustar tu mensaje, elegir mejor tus canales y hasta mejorar lo que ofreces. 

          Además, evita que pierdas tiempo y dinero hablando en el tono equivocado, en el lugar equivocado, con la promesa equivocada. 

          Te ayuda a priorizar: ¿vale la pena invertir en redes o mejor en email? ¿Diseño formal o algo más relajado? ¿Contenido educativo o directo a la oferta? 

          Todo eso se responde más fácil cuando sabes exactamente a quién buscas convencer. 

          Cómo construir tu Buyer Persona (sin volverte loco)

          No necesitas llenar una biblia para crear un buen Buyer Persona. Solo necesitas los datos correctos y saber interpretarlos. 

          ¿Qué info necesitas? 

          • Edad, ubicación, nivel socioeconómico. 
          • Qué consume, cómo compra, en qué redes pasa su día. 
          • Qué lo motiva a comprar (y qué lo detiene). 
          • Qué problemas tiene y cómo los expresa.

          ¿Dónde encuentras todo esto? 

            • Pregunta a tus clientes reales (sí, así de simple). 
            • Habla con tu equipo de ventas o soporte. 
            • Revisa lo que pasa en tu sitio web y redes sociales. 
            • Lee reseñas de tu producto o de la competencia. 

            ¿Cómo armarlo sin complicarte? 

            Haz una ficha sencilla. Así: 

            Nombre: Laura, 34 años. 

            Ubicación: CDMX 

            Trabaja en: Recursos Humanos 

            Compra porque: Quiere soluciones prácticas y rápidas. 

            Duda porque: Cree que el proceso será complicado o caro. 

            Está en: Instagram, YouTube y grupos de Facebook. 

            Busca marcas que: Le hablen claro y no la hagan perder el tiempo. 

            Con eso, ya tienes una guía clara de cómo hablarle y qué ofrecerle. Haz uno, úsalo siempre, y ajústalo cuando tus clientes cambien. 

            Errores comunes al hacerlo (y cómo evitarlos)

            Crear un Buyer Persona puede parecer fácil hasta que lo haces mal y no te sirve para nada. Estos son los tropiezos más comunes (y cómo no caer en ellos): 

            1- Copiar y pegar de Google 

            No, tu cliente no es “Emprendedor Entusiasta de 30 años que ama los retos”. Esa plantilla genérica no te va a decir cómo venderle. Haz tu propio perfil, basado en tu gente real. 

            2- Inventarlo sin datos reales 

            No adivines. Si no hablas con tus clientes o revisas tu data, solo estás imaginando. Y las ideas bonitas no venden si no tienen sustancia. 

            3- Hacer solo uno cuando tienes varios perfiles 

            ¿Tu marca tiene más de un tipo de cliente? Entonces necesitas más de un Buyer Persona. No intentes meter a todos en el mismo saco, porque terminas hablándole a nadie. 

            ¿La solución? Investiga, contrasta, y ajusta. Tu Buyer Persona no es una estatua. Es una herramienta viva que mejora con el tiempo (igual que tu marca). 

            El Buyer Persona se actualiza constantemente

            Tu cliente cambia, y tu Buyer Persona también debería hacerlo. No es un documento para archivar, es una herramienta que se mantiene viva. 

            Cuando tus campañas no conectan, las ventas bajan o los comentarios tipo “eso no me representa” se hacen más comunes algo ya no cuadra. Probablemente tu Buyer Persona se quedó viejo. 

            Para evitar llegar a eso, revísalo cada cierto tiempo. Pregunta a tu equipo de ventas, escucha a tus clientes, analiza tus métricas. ¿Siguen comprando igual? ¿Tienen los mismos problemas? Si no, toca actualizar. 

            El mercado se mueve. Las personas también. Y si tu marca quiere seguir siendo relevante, tu Buyer Persona tiene que evolucionar con ellas.

            Una buena estrategia empieza conociendo a tu cliente

            No se trata de adivinar. Se trata de entender para conectar, vender mejor y dejar de tirar balas al aire. 

            Tener un Buyer Persona claro es una base estratégica para toda la comunicación que sale de tu negocio. Te permite tomar decisiones con sentido, hablarle a quien sí te va a escuchar y construir una marca que resuena. 

            ¿No sabes por dónde empezar? En Chinga Web te ayuda a armarlo con los pies en la tierra y enfocado en lo que sí mueve tu negocio. Escríbenos y lo construimos contigo.